Daruma (Barcelona)
Creo en una teoría que he comprobado en mis propias carnes. Si tu estómago lleva tiempo sin comer cierto plato, tu mente y él se pondrán de acuerdo para pedírtelo. Harán todas las peripecias posibles para que acabes zampando el ansiado plato que rondará por tu cabeza hasta que te veas frente a él, aliviando finalmente esa ansiedad devoradora. En mi caso, tengo claramente dos vicios alimenticios: el pollo con curry y la comida japonesa.
Por suerte, tengo varias formas para aliviar esos antojos. El primero, y más barato, es cocinarme el plato en casa. En el momento que mi lado oscuro caprichoso me hace la llamada, basta con consultar el millar de libros de cocina de casa (nunca repito recetas), comprar los ingredientes y liarme en la cocina. En ese caso siempre llegará antes el “capricho” a mi estómago, porque quien cocina, siempre pica. El segundo, y más caro, pasa por coger el teléfono y reservar en alguno de los restaurantes que sé que van a poder satisfacer mis ansias tragonas.
En esta ocasión, mi estómago suspiraba por comer japonés. Hacía unos cuantos meses que mis dedos no jugaban con palillos, ni mi paladar se llenaba de soja y arroz. Rápidamente acudí a mi lista de restaurantes por visitar (valiosa nota que guardo como oro en paño en mi móvil) escogiendo el Daruma. Se puede reservar en la barra teppanyaki pero aquel día nos comentaron por teléfono que ya no había plazas y nos invitaron a ocupar una de las mesas de su gran sala. Porque Daruma tiene, a diferencia de muchos otros japoneses de la ciudad, un enorme local con una gran cantidad de mesas. Vamos, un restaurante japonés indicado para grupos.

Nigiri de toro. Pedimos un ejemplar para ver si estaba a la altura de sus 5 euros y desafortunadamente no fue así (muy seca la “carne”).
Seleccionamos platos de las diferentes categorías de su carta. Nos quedamos con las ganas de probar el magret de pato con foie al miso, algún carpaccio o tartar y el pez mantequilla al estilo japonés. Nos sorprendió la gran selección de rolls. De todos los tipos y colores. Además de estos excepcionales platos, disponen de las tradicionales creaciones culinarias japonesas a las que nos tienen acost. Mucho sushi, tempera y fideos.
Precio (2 personas): 72,75€ con una botella de vino Verdeo de Torres (12,50€). Sin tener en cuenta la bebida, fueron unos 30 euros por cabeza. Salimos muy contentos del restaurante japonés Daruma a pesar de las discrepancias con el nigiri de toro. En resumen, un establecimiento con gran oferta en comida japonesa planteada para todos los públicos, atrevidos y no atrevidos, y con buenos precios.
enero 28, 2014, 3:58 pm
Los furai maki para mi fueron los triunfadores de la noche, la conjunción de queso y salmón (nunca antes había visto) junto a la cebolla crean para mi un maki perfecto, suave,sabroso y crujiente.
Aunque ya se sabe, para gustos..
febrero 10, 2014, 6:59 pm
Hola!me encanta tu blog!
Has probado el kai de viladecans?es japonés del grupo nanaya..para mi el mejor de la zona!
Un saludo.
febrero 12, 2014, 4:39 pm
Hola Elena! Gracias por pasarte por aquí. El Kai lo tengo pendiente porque ya me lo ha dicho bastante gente. Algún día lo pruebo!