Steak tartar

La gran ventaja de no tenerle miedo a la cocina es que si deseas satisfacer a tu estómago con algún plato en especial, puedes realizarlo simplemente yendo a por los ingredientes e invirtiendo algo de tiempo en la cocina.

Este steak tartar nació así. Es uno de mis platos favoritos y llevaba tiempo sin probar uno. Al parecer, nuestro estómago tiene memoria y de tanto en tanto le envía señales a nuestra mente recordándole que lleva demasiado tiempo sin probar esos manjares que tanto le hacen disfrutar. Así que un domingo al mediodía decidí quitarme ese antojo de steak tartar y confeccionarme uno a mí misma.

¿Qué es lo más importante de un steak tartar? La carne, por supuesto. Por suerte, cerca de casa tenemos una carnicería de calidad y el día de antes me encargué de ir a buscar una buena pieza de ternera. Pedí consejo al carnicero y me recomendó que utilizara la parte de la babilla porque, además de tener un precio moderado frente a la del solomillo, se trata de una parte de la ternera con muy poca grasa y sin nervios, con lo que es perfecta para picarla.

Por supuesto que al sr. Carnicero no le dejé que picara la carne con su superpicadora porque la carne del steak tartar hay que cortarla a cuchillo que es como mejor queda.

Ingredientes (para 2 steak tartars):

300gr aprox de carne de ternera o buey
1 cebolleta
2 yemas de huevo
alcaparras
pepinillo
salsa Worcestershire
mostaza
aceite de oliva
pimienta negra molida
sal

Más sencillo no puede ser: Picamos la ternera con cuchillo de tal forma que queden trocitos del tamaño de la punta del dedo meñique (¡más o menos!). Reservamos y cortamos las alcaparras, los pepinillos y la cebolleta al gusto; a mí por ejemplo me gustan bien picados para que casi no se noten los trozos al comer.

Mezclamos todos estos ingredientes con las manos y a continuación añadimos las dos yemas de huevo, un poco de mostaza y un poquito de salsa Worcestershire (hay que ir probando para ver cual es la cantidad adecuada yo creo que esto va a gustos). Volvemos a mezclar todo el conjunto y por último añadimos sal y pimienta recién molida. Reservamos en la nevera unos 15 minutos para que se mezclen bien los ingredientes.

Servimos con un chorreón de aceite de oliva y tostaditas. Hay quien prefiere comerse el steak tartar tal cual y hay quien disfruta untándolo en tostaditas. Sea como sea, el steak tartar es una delicia para los que somos amantes de la carne en su estado crudo.

Post dedicado a una persona que esperaba esta entrada para poder deleitarse con las fotos, y de la que estoy convencida de que al verlas tardará poco tiempo en comerse un buen steak tartar ya sea en casa o en un restaurante. Gracias desde aquí por aportar tu granito de arena a este rinconcito de mi vida.

Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45.

Can Jeroni (Figueres, Girona)

Restaurant Can Jeroni
c/ Castelló, 36
17600 Figueres (Girona)
Tel: 972 500 983
Este restaurante del centro de Figueres lo encontramos por casualidad. Teníamos planeado ir a visitar el museo Dalí por la tarde y llegamos a Figueres al mediodía, teniendo que dejar el coche en un aparcamiento subterráneo. Al salir del aparcamiento a la calle, nos topamos con Can Jeroni y sus toldos que dicen: A Can Jeroni, beures i menjars. Con aspecto de bar-restaurante de toda la vida, decidimos entrar a echar un vistazo.

Lleno, estaba lleno y eso es muy buena señal. No tardamos en sentarnos pero una vez sentados, nos pidieron disculpas por adelantado porque iban un poco retrasados con los platos. Tal y como ya se podía ver en la mítica pizarra con los platos escritos en tiza, nos encontramos con una carta de platos de cocina tradicional catalana.

Por tratarse de un mediodía, elegimos cada uno un primer y un segundo plato:

- Timbal de col y patata con foie. Un plato que destacaba frente a los demás que eran algo más tradicionales. El timbal gustó, el foie también gustó, pero la combinación resultó demasiado contundente y teniendo en cuenta que teníamos segundo plato. Quizás mejor para compartir.

- Sopa de cebolla. Muy buena, con mucho queso y mucha cebolla, como a mí me gusta. Me la sirvieron muy caliente, pero mereció la pena esperar.

- Bacalao con pimiento y tomate. Una buena pieza de bacalao cocinada con tomate y pimiento.

- Canelones. Una ración más que abundante de canelones caseros con carne de rostit. Muy buenos.

- Tarta de chocolate Sacher. Todos los postres tenían pinta de ser de elaboración propia: crema catalana, flan de la casa, ciruelas al vino, higos confitados con helado de mascarpone, etc.

- Tarta tatin. Una buenísima tarta tatin con trozos grandes de manzana perfectamente confitados. Hubiese repetido.

Todos los vinos que sirven son con DO Empordà. Nosotros tomamos una copa de Heus Blanc de la bodega La Vinyeta.

Precio (2 personas): 50,00€ incluyendo la copa de vino, un botellín de agua y un cortado.

No recordamos haberlo visto al principio en la carta pero luego nos cobraron 1,25€/persona por el cubierto y el pan... Aun con este pequeño detalle, Can Jeroni es de esos sitios que si tuvieras al lado de casa irías más de un día porque se come como en casa y por un precio asequible.

Cojón de Gato 2009

Creo que ya he explicado más de una vez por el blog que de cara a comprar vinos me guío un poco por la intuición. Sí, sé que alguien podría decir que esto no tiene sentido pero ha llegado un punto en que acertar con los vinos nos cuesta y además en casa somos dos y eso, en nuestro caso, significa dos gustos diferentes.

Fijarse en la variedad de uva, en la bodega donde se ha elaborado, mirar el tiempo de crianza, el tipo de maceración... está claro que todo ello cuenta, pero para unos aprendices del vino, como somos nosotros, escoger el vino en función de todos estos elementos puede resultar más bien un quebradero de cabeza.

Así que hemos llegado a la conclusión de que, hasta que no tengamos algo más de rodaje en este mundo, iremos experimentando con vinos que nos hayan llamado la atención por cualquier razón.

Y está claro que lo que nos llamó la atención de este Somontano fue su nombre. Compramos este Cojón de Gato (¡cómo suena!) en nuestra pasada estancia por tierras oscenses. Una vez catado, decir que ahora ya no sólo nos llama la atención por el nombre; en la cena que lo sacamos resultó agradar a todos y éramos unos cuantos..

Gracias a él he descubierto que en España existe una uva con un nombre más que original: cojón de gato. Según he podido leer en la página de facebook dedicada a este vino, esta uva se llama también botón de gato o pito de gato. Pero me he quedado con una duda: ¿!porqué se llama así!?!?!?!?!

Fotografía realizada con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45.

Tarta de fresas para mi cumpleaños

Para mi pasado cumpleaños recibí como regalo esta maravillosa tarta de fresas. Alguien podría decir que un pastel de cumpleaños no es un regalo, pero yo considero que así es. El hecho de que alguien vaya a comprar a una pastelería un pastel para ti, ya es en sí un hecho gratificante. Seguramente para algunos el hecho de recibir un pastel de cumpleaños, el mismo día que uno cumple años, puede tratarse de un trámite o una costumbre de ese día. Yo voy más allá viéndolo como un regalo para tus ojos y tu estómago, como que la persona que te lo regala quiere que disfrutes en tu día.

Y si a todo ello además le añades que el pastel viene de una de las pastelerías más prestigiosas de Barcelona, como es la Escribà, todavía te sientes más afortunada. Esta tarta de fresas y crema, espectacular a la vista, estaba especialmente deliciosa. Nos la comimos entre dos, entre la cumpleañera y el comprador del pastel; claro está que no nos la comimos en un solo día ;-)

La cajita en la que venía la tarta me parece ya en sí un regalo también. La he reutilizado para guardar papeles varios.

Pero aquí no acaba mi fortuna. El día de mi cumpleaños fui doblemente afortunada. Por la tarde recibí otro magnífico pastel que merece otra entrada en este blog.

Fotografía realizada con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45

Makis

Ya era hora de que nos atreviéramos a hacer nuestros propios makis en casa. Después de haber probado de todos los estilos y colores tanto aquí en Barcelona como en Japón, nos aventuramos a hacer sushi en nuestra cocina.

Teníamos la receta del curso de cocina japonesa que hicimos en Coquus. Los ingredientes los compramos en la tienda Tokyo-Ya (Barcelona). Con todo eso y las maravillosas manos de mi hermanilla y del cuñado (¡gracias!), nuestra cocina se convirtió en una fábrica de makis.

Ingredientes (4-6 personas):

100ml de vinagre de arroz

75g azúcar

15g sal

500g de arroz para sushi

625ml de agua

1 paquete de algas nori

pescado al gusto (salmón, atún, etc)

Elaboración:

Mezclar el vinagre de arroz, el azúcar y la sal en un cazo. Poner a calentar a fuego lento hasta la total disolución, dejar enfriar y reservar. Por otro lado, lavar el arroz debajo del grifo de agua fría frotándolo durante aproximadamente 45 segundos. Dejar escurrir en un colador durante 30 minutos.

Echar el arroz escurrido y el agua medida en una cazuela. Taparla bien y llevar a ebullición. Cuando empiece a hervir, bajar el fuego y cocer a fuego lento durante unos 10 minutos. Retirar la cazuela del fuego y dejar reposar otros 10 minutos. Es importante que durante este proceso que dura 20 minutos en total, no se destape el arroz.

Extender el arroz en una bandeja plana y grande. Enfriar el arroz con un abanico mientras incorporamos el vinagre anteriormente preparado, removiendo también con una cuchara de palo húmeda. El arroz no tiene que quedar ni muy húmedo ni muy blando tampoco. Hacer esto hasta que el arroz se enfríe a temperatura ambiente.

Tapar el arroz con un paño húmedo para impedir que se seque mientras preparamos los demás ingredientes para los makis. Para hacer los rollitos, ponemos sobre la esterilla de madera una lámina de alga nori con arroz por encima y una tira de pescado que hayamos cortado previamente. Enrollar y cortar el rollito en trozos.

La gracia de hacer los makis en casa es que, además de comerlos recién hechos y frescos fresquísimos (se nota), te los puedes hacer de lo que más te gusten: salmón, atún, pepino, aguacate, tortilla, etc.

Bocaditos enrollados

Teníamos por la nevera tortitas para hacer fajitas y para aprovecharlas decidimos hacernos unos bocaditos enrollados. Probamos con dos combinaciones diferentes:

Rúcula+Bacon+Salsa Pesto

Rúcula+Salmón+Queso Azul

Entre las dos combinaciones nos quedamos con el enrollado de salsa pesto. Buenísimo, ¡hay que probarlo! Lo que dan de sí unas sobras de la nevera...
Fotografía realizada con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45.

Quiche lorraine

Para esas comidas de invitados en las que muy bien no sabes que hacer pero que al final acabas haciendo de todo un poco para picar, las quiches son una buena solución. Anteriormente a esta quiche, cociné una de cebolla que no acabó de convencer al personal porque era únicamente de cebolla. En realidad ellos no saben que esta quiche era única y exclusivamente para mí, una amante de la cebolla ;-)

Así que esta vez opté por cocinar una quiche lorraine. Al llevar tiras de bacon y queso es muy probable que guste a todos los invitados.

A diferencia de la anterior quiche, esta vez utilicé hojaldre en vez de masa preparada para pizza. En realidad tengo entendido que la original, la receta francesa, lleva masa quebrada.

Para seguir la receta opté esta vez por utilizar Canal Cocina, aquí os dejo la receta.

Fotografía realizada con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45.

Vata-clan (Molins de Rei, Barcelona)

Restaurant Vata-Clan
c/ Parcers, 3
08750 Molins de Rei
Tel: 93 680 26 08

Hay lugares que pasa tiempo hasta que consigues o decides visitarlos. El restaurante Vata-clan era de esos que teníamos en nuestra lista de restaurantes a donde ir desde hacía tiempo. Elegimos nuestro aniversario para estrenarnos en el Vata-Clan, y ¡vaya estreno!

Este restaurante de Molins de Rei lo llevan Mariona Martínez y Sergio Mora; éste último fue el que nos atendió durante toda la velada. Independientemente de cómo resultó la cena (que eso lo averiguaréis en un santiamén), fue muy agradable charlar con él sobre experiencias, restaurantes, recetas, etc. El local tiene como dos ambientes, uno nada más entrar y más para parejas y otro al subir unas escaleras y creo que más bien destinado a grupos; los dos no muy grandes y con decoración simple pero cuidada.

Como era un día especial, pedimos menú degustación para los dos. Los platos del menú degustación son con platos de la misma carta:

APERITIVOS

- Patatas fritas con miel de trufa. Fíjate tú la tontería que es echarle un poco de miel por encima a las patatas fritas y conviertes unas simples patatas en algo maravilloso. Eso sí, te tiene que gustar la trufa porque este aperitivo me lo comí yo enterito enterito.

- Salteado de setas frescas de temporada. Nos sirvieron un platito a cada de setas, sencillamente ricas con aceite.

- Foie con castañas y reducción de ron negro. Foie de elaboración propia servido sobre un bizcocho. Nosotros creyendo que era la típica tostadita de siempre, nuestro paladar sintió una sorpresa, aunque mejor dicho una dulce y agradable sorpresa, al notar que el "pan" estaba blandito. Para mí, el mejor de todos los aperitivos.

- Aceite con sal negra del Himalaya. Nos trajeron un cuenquito con aceite de oliva y sal negra del Himalaya para mojar pan. Fuimos advertidos de que esa mezcla hacía que pareciese que estábamos mojando pan en un huevo fitro y efectivamente así fue. La sal negra del Himalaya tiene un sabor sulfuroso que hace que nos dé ese efecto junto al aceite.

ENTRANTE

- Risotto de gambas y gorgonzola. Un riquísimo arroz con sabor al fuerte gorgonzola y un par de hermosas y frescas gambas. Creo que se nos quedó corta la ración ;-)

PESCADO

- Ventresca de atún, mermelada de cebolla, tomate seco y brie. Cada una de las partes que componían este plato fue de nuestro agrado pero el brie con el atún no nos acabó de cuajar.

CARNE

- Presa ibérica con patata enmascarada y aceite de trufa. Una pieza de carne perfectamente cortada y ejecutada. La patata enmascarada escondía trozos de butifarra negra. Nos resultó un plato para machotes, pero ya estábamos por el final de la cena.

PREPOSTRE

- Sopa fría de horchata, helado de jijona y frutos del bosque. Primero nos sirvieron una copa con unos megafrutos del bosque (fresa, frambuesa y mora) junto a una bola de helado de jijona. Inmediatamente después apareció sobre la copa una jarrita con horchata. Nos explicaron cómo sin quererlo surgió este postre.

POSTRE

- Brownie, nueces caramelizadas y helado de fruta de maracuyá. Este magnífico brownie fue servido con una bola de helado de maracuyá bien ácida. El contraste tuvo un resultado magnífico, ¡señores, dejen de servir el brownie con helado de vainilla!

PETIT FOURS
-Sablé de avellana y chocolate blanco con mango deshidratado. Llegué a probar el chocolate blanco pero no las mini madalenas porque ya no cabía nada más en mi estómago; además mi compañero de batallas culinarias se lo acabó todo. Creo que los dos petit fours eran de elaboración propia.

INFUSIÓN de roibos, zanahoria y naranja. Tuve que pedirme una infusión para rebajar la cena. Buscando por la internete he encontrado que el roibos es la planta con la que se eleabora el té rojo africano.

- Juan Gil Monastrell crianza 2008 de la DO Jumilla. Pedimos consejo de cara a pedir una botella de vino que fuera buen maridaje para la variedad de platos que íbamos a degustar y nos recomendaron este vino tinto. Efectivamente dio buen resultado con todos los platos; nos resultó un vino con connotaciones a metal, como a mineral. Creo que no habíamos probado ningún otro vino con este toque tan acentuado.

Precio (2 personas): 101,03€ incluyendo dos menús degustación, una botella de vino, dos servicios de pan, un cortado y una infusión. El menú degustación por persona sale a 37,26€.

Hay que tener en cuenta que nosotros cogimos el menú degustación, pero como se puede ver en su página web tienen también un menú para grupos a 25,00€.

Restaurant Boira (Girona)

Restaurant Boira
Plaça de la Independència, 17-18
17001 Girona
Tel: 972 222 933

El fin de semana que nos escapamos a Girona para disfrutar del Fòrum Gastronòmic, aprovechamos para disfrutar también de la amplia oferta gastronómica con la que cuenta la ciudad. Aquella noche nos apetecía cenar por la Plaça de la Independència y escogimos el Restaurant Boira que se encuentra en una esquina de la misma. Íbamos sin reserva y nos dieron una mesita en el interior del local, aunque lo más atractivo de este restaurante es que tiene unas mesas con ventanales que dan directamente al río y la vista nocturna a los famosos puentes de Girona es de esas cosas que no hay que perderse.

Suelo empezar hablando de la comida de los restaurantes pero en este caso haré una excepción. Resulta que este restaurante tiene una amplia carta de vinos en los que destacaría el precio. Es de agradecer que un restaurante tenga vinos que no tienen tanto renombre, y que además cuentan con un bajo precio. Es una opción más que interesante para aquellos que queremos comer o cenar con vino sin gastarnos mucho dinero. La pena o el inconveniente de este restaurante es que el servicio no estuvo a la altura, empezando porque pedimos consejo de cara a los vinos y no nos supieron contestar...

Escogimos un Pere Ventura Chardonnay 2009 de DO Penedés (8,20€).

- Mi-cuit de foie con mermelada de temporada y tostadas de coca dulce. Buenísimo, se notaba que era de elaboración propia. Notamos en el sabor una especia, parecida a la pimienta pero sin serlo, pero no conseguimos averiguarlo y se nos pasó preguntarlo. La mermelada era de fruta y dulce; el conjunto en una tostada exquisito.

- Alcachofas rebozadas con harina de garbanzos acompañado de crema de foie y piñones. Personalmente fue el mejor plato de todos los que pedimos. Una alcahofa fresca, con un rebozado con sabor diferente al que estamos acostumbrados y todo ello sobre una crema de gran sabor a foie. ¡Recuerdo cómo mojábamos los trocitos de alcachofa en la crema, ñam, ñam!

- Arroz caldoso de bogavante. La anécdota de la noche fue este arroz con bogavante. A la hora de pedir, escogimos de segundo un arroz caldoso de setas de temporada y rape que había en la carta. Cuando nos trajeron el arroz nos quedamos a cuadros porque veíamos las setas pero la sepia había sido sustituida por un bogavante.. Preguntamos si es que había ocurrido algo y nos dijeron que se habían equivocado a la hora de anotarlo, preguntándonos si queríamos cambiarlo que estábamos a tiempo. Con la paella en la mesa y con hambre, decidimos que era mejor no esperar a que tuvieran listo el otro arroz y nos quedamos con este. Entendemos que un fallo lo puede tener cualquiera, pero vimos al servicio un tanto despistado con los platos. El arroz estuvo sabroso y contundente sólo le falto un poco de reposo (pero eso ya se lo dimos nosotros).

- Coulant de chocolate con helado de vainilla. Nos pareció que era de elaboración propia, con poco bizcocho y mucho chocolate. ¡Nos vamos a volver unos expertos tanto pedir coulants!

- Manzana al horno con praliné de milhojas y helado de roquefort con nueces. Un postre excelente, la manzana se deshacía en la boca y el helado le daba un contraste de sabores tremendo. A mí que me encanta el queso roquefort y la manzana asada, me pareció un gran postre.

Precio (2 personas): 68,90€. Para la calidad de los platos, y teniendo en cuenta que fueron un total de 2 entrantes, 2 segundos y 2 postres, nos pareció un muy buen precio. Como ya he dicho antes, el único inconveniente que nos encontramos es que el servicio esa noche no estuvo a la altura de todo lo demás.

El Jardí de l'Àngel (Barcelona)

Restaurant Bar El Jardí de l'Àngel
Av. Portal de l'Àngel, 17
08002 Barcelona
Tel: 93 318 59 39
Seguro que más de una vez os habéis encontrado por el centro de Barcelona, por la zona de Plaça Catalunya y Portal de l'Àngel, y no habéis sabido dónde ir a comer de menú porque o bien la mayoría de sitios están dirigidos a turistas o bien porque no tienen ningún tipo de encanto.

A través de Encantadisimo, uno de mis mayores referentes en cuanto a búsqueda de restaurantes se refiere, encontré un día el restaurante El Jardí de l'Àngel, un restaurante que me sorprendió porque se encuentra en medio del meollo de Portal de l'Àngel y tiene una agradable terraza donde poder disfrutar del sol comiendo en pleno centro de Barcelona.

Se trata del restaurante del hotel Catalònia y esa es la razón por la que seguramente más de uno deja pasar inadvertido este lugar, pero si uno se fija un poco más verá que en la entrada del hotel el menú del restaurante siempre está a al vista.

Nosotros fuimos un domingo de principios de primavera, con lo que todavía no pudimos comer en la terraza pero sí en la carpa. Tienen menú todos los días, con una gran variedad de platos a escoger.

Nuestros platos:

- Timbal de patata y botifarra negra con pulpo

- Escudella de galets con su pilota

- Roast beef de ternera con puré de manzana

- Pollo de pagès con ciruelas y piñones

- Fresas confitadas con vino y nata

- Pastel de chocolate con cacao amargo

Precio del menú (primer plato, segundo plato y postre, SIN BEBIDAS): 20€/persona. A nosotros, que éramos un grupo grande, nos salió a 24 euros/ persona.

Teniendo en cuenta el precio, en general la comida estuvo bien. Su atractivo principal es la ubicación y la terraza que espero poder disfrutar algún día de este verano.
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