El local es pequeñito; tiene un altillo donde, parece que no pero, caben bastantes comensales. El servicio es al más puro estilo oriental, amable, rápido y eficaz. Preparan platos de Indonesia y Sudeste asiático.
Del menú de mediodía nosotros escogimos:
- Rollito de pollo y gambas con fideos de soja. Un rollito bien completo que a diferencia de los típicos chinos de toda la vida llevaba pollo y fideos, muy bueno. Con una salsa agridulce que no parecía de supermercado.
- Empanadillas crujientes vegetarianas de tofu con verduritas. Sabrosas y crujientes, con una masa diferente a la que estamos acostumbrados, como si estuviera elaborada con harina integral.
- Brocheta de ternera a la barbacoa con arroz y verduras. Unas sencillas brochetas con arroz blanco y verduras al wok. Todo muy simple pero bueno.
- Tallarines salteados al wok con vegetales y huevo. La cocina de este local es idónea para los vegetarianos porque tienen muchos platos, como este, sin carne ni pescado. Tallarines con un toque de picante. De nuevo, sencillos pero buenos.
- Arroz con leche de coco. Con respecto a la visita anterior, nos fallaron los postres. No porque no fueran ni elaborados ni de calidad, sino porque los que incluían en el menú no eran de nuestro agrado. De la vez anterior yo recordaba el delicioso pancake de chocolate, cacahuetes y sésamo y este arroz con leche era completamente diferente. La textura era complicada porque el arroz estaba pastoso y gelatinoso y la leche de coco más insípida que la leche a la que estamos acostumbrados. Un postre difícil.
Al fin y al cabo, la gracia es probar platos nuevos de otras cocinas diferentes a la nuestra. Este es un buen lugar para experimentar con ello. La comida deliciosa, sólo nos fallaron un poco los postres. ¡Hay que probar el pancake de chocolate, cacahuetes y sésamo!
Precio menú de mediodía: 11,50€ aunque en realidad nos costó 12,50€ por persona porque con un 1€ de más se puede pedir como bebida un refresco o cerveza.
Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45