El Furacu (Barcelona)

c/ Girona, 52
08009 Barcelona
Telf.: 93 265 17 83
Hace un par de semanas fuimos al restaurante Sidrería el Furacu. Un amigo, hace algún tiempo ya, me había dado unas cuantas tarjetas de restaurantes qué visitar y este era uno de ellos. Llegamos por casualidad buscando un sitio para comer un sábado al mediodía.
Una taberna asturiana en Barcelona. Con un local sencillo y de decoración algo descuidada quizás (cuadros, banderas de Asturias, fotografías, etc).

Para beber: Sidra Natural, auténtica sidra natural. La anécdota fue que un hombre se levantó expresamente a contarnos que "lo estábamos haciendo mal". A través de un sifón se sirve uno mismo la sidra en la mesa. Nosotros nos echábamos mucho, según parece. Aquel hombre nos explicó que la sidra al salir de la botella pierde muy rápidamente "su aroma" y que por eso es mejor echarse poco y beberla rápido.

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- Pixín. Rape rebozado, para mí el mejor plato que escogimos.
- Croquetas de morcilla y Cabrales. Exquisitas, a mí me gustaron más las de Cabrales. Además muy buena idea, quizáspruebe de hacerlas en casa. - Bacalao con pimientos del piquillo y ajos. Me esperaba algo más, el bacalao estaba bueno pero para el precio del plato esperaba que estuviera mejor. - Entrecot al Cabrales. Lo malo de probar un plato realmente bueno son las comparaciones que vienen después. Recuerdo que en nuestro viaje por el Norte visitamos un restaurante en Las Arenas de Cabrales (Asador Restaurante Los Castellanos, lo he encontrado después de cinco años, ¡qué bueno es internet!) donde comí solomillos al cabrales. Siempre me acordaré de ese plato, el último día de nuestro viaje fuimos expresamente a este restaurante porque quería comer de nuevo ese plato tan bueno. Este entrecot no estuvo a la altura, ni mucho menos, de lo que mi paladar recuerda. Precio (2 personas): 72,34 euros. Incluyendo dos botellas de agua y dos cortados también. Muy caro, realmente caro para lo que fue. Comprobamos bien la cuenta porque nos dio la impresión que algo fallaba y, no, estaba bien. Supongo que pecamos al no probar la fabada asturiana porque por lo visto es lo que llama más la atención de este restaurante.

Empanada gallega

Las costumbres familiares y, sobre todo las gastronómicas, no deberían perderse jamás con el paso del tiempo.

Últimamente siento el deseo de mirar atrás y sentir cómo nuestros padres, abuelos, nuestra familia en general, cocinaba cuando nosotros éramos pequeñitos. Eran otros tiempos, otra época en la que existía mucho menos dinero que hoy en día (aunque nosotros supuestamente estemos pasando por una "crisis") y en la que en cambio las familias se alimentaban y comían con lo poco que sacaban del propio huerto, campo o lo que podían comprar en el pueblo.

Lo curioso es que, en mi opinión, con mucho menos se comía mejor. Con un poco de esto, con un poco de aquello nuestras abuelas fueron capaces de hacer un buen caldo, un buen potaje,.. en definitiva unos buenos platos de cuchara con los que se alimentaba a toda una familia incluso semanas enteras.
Siento algo especial al cocinar y comer este tipo de platos. Será quizás que siento una cierta melancolía por saber que han pasado de generación en generación. Será que siento que no puedo perder la oportunidad de aprender todo aquello que nuestros abuelos, nuestra familia aprendió en otro momento de esta vida. Será que siento que yo tengo que continuar con ello, que no puedo desaprovechar esta oportunidad que me brinda la vida y la buena cocina de antaño...

Y así empiezo con una magistral clase que me dio mi tía de cómo hacer empanada gallega.

- Se calienta agua con sal. Calculamos medio litro aproximadamente.

- Con aproximadamente 1 kilo de harina y menos de 50gr de levadura bin mezclados, añadimos el agua suficientemente caliente. Vamos haciendo la masa intentando que no se nos pegue a las manos. Esto comprendí perfectamente que es cosa de práctica.

- Notaremos que está hecha cuando no se nos pegue a las manos. Una vez lista, dejar reposar unos 45 min aproximadamente, tapándola y sin que le de el aire directamente.

- De mientras vamos preparando el relleno: cerdo (mejor la parte del cuello que es más tierna), tocino, chorizo, pimiento rojo y un par de cebollas.

- Cada maestrillo tiene su librillo y en el caso de mi tía, para darle forma a la masa, utiliza una botella de Revoltosa, botella con unas cuantas empanadas a su espalda. Me quedé fascinada con la botella.

- Hacemos dos partes de la masa, una que será para la cara inferior de la empanada y la otra como"tapa", para la cara superior de la empanada.

- En una bandeja metálica colocamos la capa inferior y encima los ingredientes esparciéndolos uniformemente.

- Y ahora la parte para mí más difícil. Por encima de todo el relleno ponemos la "tapa" de la empanada. Yo siempre había tenido una curiosidad y era qué no sabía bien como se cerraba una empanada, pues pude comprobar con mis ojos (y mis propias manos!) cómo se hace. Eso sí, mis dedos no estaban tan entrenados como los de mi tía.. y al tanto, con sólo dos dedos!

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- Luego al horno aproximadamente una hora y media a 250 grados. Y el resultado es una auténtica empanada gallega. Como dice mi tía, una AUTÉNTICA empanada GALLEGA!

- La cortamos en porciones y a disfrutar en la mesa. Blandita por fuera y riquísima por dentro.

Improvisadamente hicimos, con el resto de la masa que nos sobró, una empanada más pequeña. Aquí no se desaprovecha nada!

Gracias tía.

Curso de cocina japonesa

Como regalo de cumpleaños recibí un curso de cocina japonesa en Coquus, una escuela de cocina situada en el barrio de Gracia (Barcelona). Hacía tiempo que había visitado su página web y me parecieron muy interesantes todos los cursos que ofrecen: cocina mediterránea, paellas, cocina japonesa, cocina tailandesa, cocina creativa, chocolates, etc. Una gran variedad, sin duda.

Julio es el encargado de dar los cursos, un hombre con una larga experiencia en cocina. Entre receta y receta nos contaba anécdotas y eso hizo que el curso fuera muy ameno e interesante. No sólo aprendimos de cocina japonesa sino de cultura gastronómica en general.

Yo estaba emocionadísima, iba a ser mi primer curso de cocina y encima iba a aprender a hacer sushi!
Primer día: Cocina Japonesa I

Aprendimos a cocinar:

- Makis. Explicó desde dónde comprar los ingredientes hasta cómo conseguir hacer unos bonitos rollitos. Esta parte fue donde nosotros colaboramos, cada uno de nosotros hizo los suyos propios. No quedaron mal del todo.

- Pollo Yakitori. Pinchos de pollo con la salsa comúnmente conocida Yakitori. Qué buena le quedó, a ver si cuando nosotros la repitamos nos sale igual. De lo mejor del curso, sin duda. Además se trata de una salsa que se puede añadir a muchos platos, no sólo al pollo.

- Tempura. Trucos para conseguir la mejor tempura: tipo de aceite, cómo cortar las verduras, la harina, etc. Quizás el plato menos espectacular pero el más sencillo y rápido.

Una vez acababa el curso podías desgustar todo lo que se había cocinado. Todo riquísimo, desde el primer al último plato. Además todo acompañado de vino, un detalle por parte de los organizadores del curso.

Segundo día: Cocina Japonesa II

¿Y si os digo que mi mala suerte hizo que no pudiera asistir al segundo curso de cocina japonesa? Pues sí, tuve que quedarme en casa y fastidiarme. Además para colmo fue por culpa de un virus estomacal que andaba ya por mi cuerpo el día que aistí al primer curso. Me lo perdí. En mi puesto mandé a mi hermana para que recopilara información y fotos. Una pena.

- Yakisoba, fideos soba salteados con gambas.

- Tataki de atún rojo.

- Mousse de te verde "matcha" japonés. Sin duda, repetiré. Aunque el precio en un principio parezca algo elevado, 65 €/día y persona, teniendo en cuenta que al final es como si cenaras de restaurante, no me parece excesivo.

Lo recomiendo.

Ahora me queda repetir los platos en casa para ver qué tal me quedan.

La Llosa (Cornellá de llobregat, Barcelona)

La Llosa
Avda. Diagonal, 40
08940 Cornellá de Llobregat (Barcelona)
Telf.: 93 377 72 33

La Llosa, en Cornellá de Llobregat justo delante del Novotel, fue el restaurante elegido para celebrar mi cumpleaños con mi familia. Ya había estado con Juan hacía como un mes aproximadamente y habíamos difrutado tanto de la comida que decidí que sería el lugar ideal para llevar a mi familia en ese día tan especial, además estando cerquita de casa mejor que mejor..

El nombre engaña porque se trata de un restaurante de cocina del norte (entre gallega, asturiana y vasca) en el que se come carne a la llosa. La calidad del producto excelente, el precio a mí también me parece excelente y el servicio también muy bueno. Hasta el pan está bueno!

Aquel día disfrutamos con:

Para compartir:

- Almejas a la marinera. Más que almejas eran almejotas. Muchas veces el aspecto engaña y la concha suele ser muy grande y el contenido muy pequeño. En este caso, la concha era grande pero es que el contenido era igual a la concha (Uix esto me ha quedado muy matemático..) En conclusión, plato exquisito. Almejas de gran calidad y salsa para no dejar rastro de ella.

- Mejillones. La primera vez que visitamos el restaurante nos recomendaron pedir mejillones. He de decir que hacía tiempo, mucho tiempo que no probaba unos mejillones tan buenos en un restaurante (tengo un familiar que prepara en casa unos mejillones con salsa riquísimos también). Bueno más que los mejillones fue la combinación con la salsa. Salsa que adiviné que estaba cocinada a partir de pimientos choriceros, algo que le da un punto de chorizo y picante realmente bueno.

- Pimientos del Padrón. Muy buenos también, con sal gorda. Si algo puedo criticar, sería su tamaño. Serían perfectos un pelín más pequeños.

- Pulpo con cachelos. Muy bueno también. sin más. Plato fuera de carta que nos ofrecieron al tomar nota.

- Pan con tomate. No suelo poner la fotografía del pan pero es que en La Llosa el pan con tomate está especialmente bueno.

Segundos:

- Costillitas. Pequeñitas pero muy ricas. Muy bien hechas.

- Lomo ibérico. Mi madre no acertó con el plato. Este plato frente a los demás no tiene color. Un simple lomo a la llosa.

- Solomillo de buey con salsa de setas. Solomillo de calidad, salsa de setas muy buena. Gran plato en conjunto.

- Bacalao a la bilbaína. No tuve ocasión de probarlo (lo devoró mi padre todo). Pero tenía muy buena pinta y según él, el bacalao era de calidad. Bueno sus palabras fueron: "Realmente cocinan muy bien aquí..."

- Solomillo de buey. Poco hecha, como a mí me gusta. Comentar que yo últimamente soy más de pescado que de carne, pero es tan buena esta carne que por segunda vez me pedí este plato. Excelente, sin más.

Postres:

- Tartaleta de fresas

- Flan

- Tarta de queso

En general los postres resultaron bien. Pero he decir que es lo único que puedo criticar del restaurante, que los postres, en comparación con el resto de platos, son inferiores. Ello no hace que el conjunto sea muy bueno. En mi caso premia más la comida que los postres porque yo cuando ya llego a los postres no puedo más.. La carta no es muy amplia pero completa. Y la carta de vinos está bastante bien también.

Precio: 175,40 € (5 personas). Sale a unos 35€/persona.

La primera vez que visitamos el restaurante, el camarero, muy amablemente, nos enseñó todo el local. Tiene una bodega en el interior y una sala especialmente para eventos con una mesa grande de madera. Todo un lujazo.

Tortilla de espárragos silvestres

Recuerdo que de pequeña iba mucho a buscar espárragos con mi padre. Es una costumbre que con el paso del tiempo he ido perdiendo y muy bien no sé porqué. Porque realmente me fascina buscar espárragos por la montaña, lo encuentro entretenidísimo: caminar y buscar el color verde que distingue a los espárragos, buscar entre las zarzas, entre los matorrales, mirar desde el suelo hacia arriba y seguir la pista de la esparraguera...

De alguna forma u otra tengo que recuperar esta tradición. Ya no sólo por cocinar una buena tortilla de espárragos sino porque se puede considerar como deporte con lo que se llega a caminar para encontrarlos.

Esta vez los espárragos llegaron solos a casa. Un compañero de trabajo nos regaló un puñado que él mismo había recogido.

Receta: Tortilla de espárragos silvestres

Ingredientes:

- 1 manojo de espárragos
- 3 huevos
- aceite de oliva
- perejil

Trocear los espárragos uno a uno desde la yema hasta llegar a la parte más dura del espárrago, donde ya no se pueda romper fácilmente con las manos. Lavarlos y escurrirlos bien. Echarlos en una sartén, sazonarlos y dejar freir unos minutos a fuego lento. En un cuenco a parte, batir los huevos con un poco de perejil. Incorporar a los espárragos troceados y dejar cuajas la tortilla.

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