Para beber: Sidra Natural, auténtica sidra natural. La anécdota fue que un hombre se levantó expresamente a contarnos que "lo estábamos haciendo mal". A través de un sifón se sirve uno mismo la sidra en la mesa. Nosotros nos echábamos mucho, según parece. Aquel hombre nos explicó que la sidra al salir de la botella pierde muy rápidamente "su aroma" y que por eso es mejor echarse poco y beberla rápido.
El Furacu (Barcelona)
Empanada gallega
Y así empiezo con una magistral clase que me dio mi tía de cómo hacer empanada gallega.
- Se calienta agua con sal. Calculamos medio litro aproximadamente.
- Con aproximadamente 1 kilo de harina y menos de 50gr de levadura bin mezclados, añadimos el agua suficientemente caliente. Vamos haciendo la masa intentando que no se nos pegue a las manos. Esto comprendí perfectamente que es cosa de práctica.
- Notaremos que está hecha cuando no se nos pegue a las manos. Una vez lista, dejar reposar unos 45 min aproximadamente, tapándola y sin que le de el aire directamente.
- De mientras vamos preparando el relleno: cerdo (mejor la parte del cuello que es más tierna), tocino, chorizo, pimiento rojo y un par de cebollas.
- Cada maestrillo tiene su librillo y en el caso de mi tía, para darle forma a la masa, utiliza una botella de Revoltosa, botella con unas cuantas empanadas a su espalda. Me quedé fascinada con la botella.
- Y ahora la parte para mí más difícil. Por encima de todo el relleno ponemos la "tapa" de la empanada. Yo siempre había tenido una curiosidad y era qué no sabía bien como se cerraba una empanada, pues pude comprobar con mis ojos (y mis propias manos!) cómo se hace. Eso sí, mis dedos no estaban tan entrenados como los de mi tía.. y al tanto, con sólo dos dedos!
- Luego al horno aproximadamente una hora y media a 250 grados. Y el resultado es una auténtica empanada gallega. Como dice mi tía, una AUTÉNTICA empanada GALLEGA!
- La cortamos en porciones y a disfrutar en la mesa. Blandita por fuera y riquísima por dentro.
Improvisadamente hicimos, con el resto de la masa que nos sobró, una empanada más pequeña. Aquí no se desaprovecha nada!
Gracias tía.
Curso de cocina japonesa
Julio es el encargado de dar los cursos, un hombre con una larga experiencia en cocina. Entre receta y receta nos contaba anécdotas y eso hizo que el curso fuera muy ameno e interesante. No sólo aprendimos de cocina japonesa sino de cultura gastronómica en general.
Aprendimos a cocinar:
- Pollo Yakitori. Pinchos de pollo con la salsa comúnmente conocida Yakitori. Qué buena le quedó, a ver si cuando nosotros la repitamos nos sale igual. De lo mejor del curso, sin duda. Además se trata de una salsa que se puede añadir a muchos platos, no sólo al pollo.
- Tempura. Trucos para conseguir la mejor tempura: tipo de aceite, cómo cortar las verduras, la harina, etc. Quizás el plato menos espectacular pero el más sencillo y rápido.
Una vez acababa el curso podías desgustar todo lo que se había cocinado. Todo riquísimo, desde el primer al último plato. Además todo acompañado de vino, un detalle por parte de los organizadores del curso.
¿Y si os digo que mi mala suerte hizo que no pudiera asistir al segundo curso de cocina japonesa? Pues sí, tuve que quedarme en casa y fastidiarme. Además para colmo fue por culpa de un virus estomacal que andaba ya por mi cuerpo el día que aistí al primer curso. Me lo perdí. En mi puesto mandé a mi hermana para que recopilara información y fotos. Una pena.
- Mousse de te verde "matcha" japonés. Sin duda, repetiré. Aunque el precio en un principio parezca algo elevado, 65 €/día y persona, teniendo en cuenta que al final es como si cenaras de restaurante, no me parece excesivo.
Lo recomiendo.
Ahora me queda repetir los platos en casa para ver qué tal me quedan.
La Llosa (Cornellá de llobregat, Barcelona)
Aquel día disfrutamos con:
Para compartir:
- Pulpo con cachelos. Muy bueno también. sin más. Plato fuera de carta que nos ofrecieron al tomar nota.
- Pan con tomate. No suelo poner la fotografía del pan pero es que en La Llosa el pan con tomate está especialmente bueno.
Segundos:
- Costillitas. Pequeñitas pero muy ricas. Muy bien hechas.
- Lomo ibérico. Mi madre no acertó con el plato. Este plato frente a los demás no tiene color. Un simple lomo a la llosa.
- Solomillo de buey con salsa de setas. Solomillo de calidad, salsa de setas muy buena. Gran plato en conjunto.
- Bacalao a la bilbaína. No tuve ocasión de probarlo (lo devoró mi padre todo). Pero tenía muy buena pinta y según él, el bacalao era de calidad. Bueno sus palabras fueron: "Realmente cocinan muy bien aquí..."
- Solomillo de buey. Poco hecha, como a mí me gusta. Comentar que yo últimamente soy más de pescado que de carne, pero es tan buena esta carne que por segunda vez me pedí este plato. Excelente, sin más.
Postres:
- Tartaleta de fresas
- Flan
- Tarta de queso
Tortilla de espárragos silvestres
De alguna forma u otra tengo que recuperar esta tradición. Ya no sólo por cocinar una buena tortilla de espárragos sino porque se puede considerar como deporte con lo que se llega a caminar para encontrarlos.
Esta vez los espárragos llegaron solos a casa. Un compañero de trabajo nos regaló un puñado que él mismo había recogido.
Receta: Tortilla de espárragos silvestres
Ingredientes:
Trocear los espárragos uno a uno desde la yema hasta llegar a la parte más dura del espárrago, donde ya no se pueda romper fácilmente con las manos. Lavarlos y escurrirlos bien. Echarlos en una sartén, sazonarlos y dejar freir unos minutos a fuego lento. En un cuenco a parte, batir los huevos con un poco de perejil. Incorporar a los espárragos troceados y dejar cuajas la tortilla.