- Sopa de almejas. Unas almejas cocinadas a la brasa (se notaba) con un toque de limón. En el plato inferior estaban regadas en su propio caldo. Muy bueno.
- Remolacha en texturas. Un plato de sensaciones y sabores intensos porque la remolacha, en diferentes texturas, iba acompañada de caviar. Plato demasiado intenso de sabor; costó.
- Pulpitos. Pulpitos en su salsa con cebolla confitada y aroma de barbacoa (vinieron en un plato tapado que se destapó desprendiendo un aroma a barbacoa). Intenso sabor a mar.
- Anguila en su pil pil. Uno de los platos de pescado que triunfó en nuestra mesa. ¡Qué bien cocinada estaba la anguila!
- Maíz tierno y foie gras. Crema de maíz, cuscús de maíz, jugo de pato y foie gras. Un plato dulce donde los sabores del maíz y el foie cuajaban perfectamente.
- Trufa y yema de huevo. Compuesto de cansalada, trufa, yema de huevo, timbal de patata y caldo de cerdo ibérico. Excelente, sencillamente excelente. Una mezcla potente pero a su vez armoniosa.
- Arroz de gurumelo y trufa. Había oído hablar de los arroces de Paco Pérez y esperaba probar alguno de ellos y efectivamente, el arroz fue de los platos que más nos convencieron. Preguntamos por la procedencia del gurumelo y se trata de una seta típica de Huelva. Con un toque también a romero, el arroz era para repetir.
- Lubina con "lulo" y algas. El "lulo" es un fruto colombiano. Plato ligero y ácido. Creemos que estaba estratégicamente colocado como último plato para rebajar y entrar en los postres.
- Tarta de limón y merengue. Merengue de limón y helado de violeta (aquello parecía como saborear un perfume).
- Chocolate, shiso y Pandan. Un postre muy oriental y herbáceo.
- Petit fours: Regaliz, nutela, chocolate pasión, chocolate blanco con sésamo, ratafia y masmalo (nube). Pequeñitos, muy variados y buenos.
Bebida: Mas Escorpí Chardonnay 2010 (Gramona). Como anécdota explicaré que el restaurante Miramar tiene una de las mejores cartas de vino que hemos visto nunca. Se trata de un libro con ilustraciones y explicaciones de las denominaciones de origen y vinos que disponen. Nos estuvimos un rato para elegir. Finalmente nos decantamos por uno conocido, un Gramona, y casualmente resultó que fuimos a elegir uno del que no disponían actualmente. Nos ofrecieron el Mas Escorpí y accedimos. Elaborado con una única uva, más afrutado que el que queríamos, pero igualmente perfecto para la ocasión.
El servicio fue más que impecable. Nos atendieron diferentes personas pero todas ellas perfectas.
Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC-FZ45
No puc fer altra cosa que felicitar-vos per haber menjat al Miramar!! Quien lo pillara!!:DD
ResponderSuprimirL'arrós es veu perfecte :)
El miramar no es un restaurante asequible a todos los bolsillos, pero hay que decir que bien lo vale.
ResponderSuprimirPor la comida, el servicio y resumiendo las estrellas vale la pena hacer un esfuerzo aunque sea una vez al año y deleitarse con un restaurante como este.
Ahggg… quiero ir allí y probarlo tooodooo.
ResponderSuprimirSaludos